19-2-2008
Cuando tus manos tuve entre mis manos
sentí pasar la historia cual torrente
de luz. También vi salir de tu frente
el sueño proverbial de los humanos.
De tus ojos brotaron tantos ojos
guardianes de la paz del universo
que convocan al sol, al himno, al verso
a encerrar la maldad con mil cerrojos.
Me pides que te llame compañero
sin tu estrella, tu rombo y tu talante
¡qué grande tu modestia! Yo prefiero
que sigas cabalgando cual andante,
simbólico y eterno justiciero
como siempre lo hiciste, Comandante.
Facebook Comments